¿Qué estilo de liderazgo requiere el mundo actual?

El coaching personalizado transforma tu liderazgo

 

  1. Liderazgo vulnerable para enfrentar un mundo de extrema incertidumbre e interdependencia
  2. ¿Qué es el liderazgo consciente?
  3. Características del liderazgo consciente
  4. El secreto de un buen liderazgo radica en la inteligencia emocional

 

Pocos mitos son tan generalizados como la noción de que los líderes deberían mostrarse como resistentes y confiados. O al menos, ese era el caso antes de la pandemia actual, que ha expuesto las numerosas debilidades de los dirigentes poderosos y dominantes y pusieron de relieve la superioridad de quienes tienen el valor de revelar sus vulnerabilidades.

Considere cómo Donald Trump, Boris Johnson, y Jair Bolsonaro desestimaron el virus, mostraron una valiente bravuconería y socavaron las llamadas a usar una máscara o sana distancia, poniendo a otros en riesgo. En contraste, el enfoque franco y basado en datos tomado por Angela Merkel, Jacinda Ardern, o Sanna Marín, salvó miles de vidas y mitigó los daños económicos de Alemania, Nueva Zelanda y Finlandia.

Las personas de las organizaciones, de todo tipo, están mejor cuando sus líderes son inteligentes, honestos y empáticos cuando requieren tomar acciones audaces y potencialmente impopulares, cuando sus líderes se enfocan en ayudar a la organización a avanzar, y no en preocuparse de la imagen que proyectan y ciertamente no en construir un falso sentido de invencibilidad que en realidad daña a la gente.

En este mundo complejo e incierto que exige aprendizaje y agilidad constante, los líderes más aptos y que mejor se adaptan son aquellos conscientes de sus limitaciones, tienen la humildad necesaria para hacer crecer su propio potencial y el de los demás, y tienen el valor y el interés suficiente para crear conexiones sinceras y abiertas con los demás. Construyen equipos incluyentes que brindan seguridad psicológica, que fomentan la crítica constructiva y el disentimiento.

Por sobre todo, abrazan la verdad: están más interesados en entender la realidad que en tener la razón y no tienen miedo de aceptar que se equivocaron. Esto les permite recibir de buena manera las críticas, no porque les gusten más que a los demás, sino porque saben que son necesarias para poder prosperar. El conjunto, este líder es un tipo muy diferente al líder estilo machista que rara vez tiene razón, pero rara vez duda.

Hay líderes que destacan por su estilo vulnerable. Uno de ellos es Oprah Winfrey, que se convirtió en la primera mujer de color multimillonaria de la historia, resultado de una carrera empresarial en la que ha aplicado sus múltiples talentos y ha puesto en el centro la vulnerabilidad y la autenticidad, viviendo su vida «de adentro hacia afuera.» Otro caso es el de Satya Nadella que resucitó a Microsoft transformando su cultura organizacional basado en lo que para el son sus motores centrales: humildad, curiosidad y aprendizaje constante. Y un tercer ejemplo, es el de Howard Schultz: Cuando regresó a Starbucks en 2007, después de que el negocio había experimentado un declive sustancial, se abrió con sus empleados y fue transparente sobre sus desafíos y vulnerabilidades, lo cual ayudó a impulsar de nuevo el crecimiento del negocio. Aunque estos y otros líderes como ellos han sido admirados, los líderes vulnerables en general no han recibido la atención pública generalizada y los elogios que sí han obtenido líderes heroicos y machistas.

¿Qué se puede hacer para fomentar un estilo de liderazgo más vulnerable? Aquí hay algunas sugerencias:

Empieza diciendo la verdad. Comparte tu perspectiva sincera con los demás, lo que sabes y lo que no sabes. Aunque es fácil decirle a la gente lo que quiere oír, los mejores líderes dicen a la gente la verdad, no importa cuán traumática sea. Cuando tienes claridad sobre los desafíos que te esperan, puedes ayudar a tu equipo. Ser abierto acerca de tus debilidades es la máxima señal de fuerza que puedes tener.

Pide ayuda. El liderazgo no es heroico. No se trata de quién es la persona a cargo, sino de desbloquear las fuerzas que permiten a la gente unirse como un equipo. Esto requiere que seas honesto acerca de tus vulnerabilidades y la necesidad que tienes de su apoyo. Esta autenticidad aumentará su compromiso contigo y dará rienda suelta a las ideas y energía del equipo para hacer frente a los desafíos que se presentan. Hará que tu equipo sea más fuerte.

Sal de tu zona de confort. Una de las razones por las que muchas personas no logran convertirse en líderes altamente efectivos es que se estancan, operando en piloto automático, autoperpetuando sus hábitos y repitiendo lo que les ha funcionado en el pasado. Esta es la razón por la que apostar a tus propias fortalezas puede ser una receta para el desastre: si no trabajas en tus defectos, no desarrollarás nuevas habilidades. Y sí, esto te hará parecer vulnerable a corto plazo, porque tu rendimiento siempre sufrirá cuando estés aprendiendo una nueva habilidad o comportamiento. Pero sólo puede hacerte más fuerte a largo plazo.

Cuando cometas un error, admítelo y discúlpate. Cuando lo hagas, no importa cuán decepcionada esté la gente, apreciarán tu honestidad y confiarán más en ti que si les mientes. El sentimiento de invencibilidad a corto plazo que puedes experimentar cuando te abstienes de admitir tus errores es (a) efímero y (b) delirante. No admitir que estabas equivocado es una estrategia ineficaz para persuadir a los demás de que tienes razón, y cuando esta estrategia falla, la gente cuestionará no solo tu juicio, sino también tu autoconciencia.

Involucra a otros en su viaje de superación personal. Durante nuestras carreras de coaching y consultoría, hemos visto a algunos líderes que eran tan serios acerca de su plan de desarrollo personal que compartieron abiertamente sus retroalimentaciones (sus evaluaciones 360s, revisiones de rendimiento, retroalimentación ascendente, etc.) con sus equipos. «Mira, no soy muy bueno dando retroalimentación y desarrollando a otros para un mayor rendimiento», dijo uno de ellos a su equipo. «Así que a partir de ahora me estoy comprometiendo a comunicarme más, guiar a otros y ayudar a los miembros de mi equipo a avanzar en sus carreras, con la esperanza de que esto mejore mis habilidades de liderazgo».

En resumen, el liderazgo vulnerable en un mundo de extrema incertidumbre e interdependencia es vital para avanzar cuando las respuestas no son claras y cualquier persona en la organización puede aportar conocimientos o ideas vitales. Como uno de nosotros (Amy) señala en su libro “The Fearless Organization”, «¡Para que florezca el trabajo del conocimiento, el lugar de trabajo debe ser uno en el que las personas se sientan capaces de compartir sus conocimientos!»

Un gran líder con vulnerabilidad y empatía debiera también ser un líder consciente, y para ello vamos a explicar a qué nos referimos cuando hablamos de un líder consciente.

  1. ¿Qué es el liderazgo consciente?

El liderazgo consciente se basa en la figura de un líder que sabe identificar y calibrar la importancia de todos los aspectos del entorno de trabajo, así como mantener la atención sobre todos ellos al mismo tiempo. Esta idea se opone a la clásica figura del empresario sin escrúpulos, cuyos intereses se encuentran limitados por sus cuentas bancarias y los beneficios económicos.

Esta figura del jefe, no demasiado desencaminada en algunos casos, ha hecho que las empresas hayan pasado a un enfoque alternativo. Según la nueva filosofía de muchas compañías, se pretende evitar el colapso de nuestros sistemas naturales y humanos en grave peligro debido a la predominante irresponsabilidad de nuestra sociedad.

¿En qué consiste exactamente el liderazgo consciente?

Estar al frente de una organización no es una tarea sencilla, ya que demanda un gran número de habilidades, tiempo y energía. Por ello, a menudo quienes la ejercen caen en la trampa de enfrascarse en la obtención de resultados, dejando de lado tanto el equilibrio con su vida personal, como el resto de las necesidades de su equipo y su organización.

Líder carismático con su equipo

Un líder consciente es aquel que mantiene su atención en todos estos aspectos al mismo tiempo, reconociendo la importancia de cada uno de ellos, tanto para el desarrollo de las actividades de su organización, como para el crecimiento personal propio y de sus colaboradores.

Un líder consciente debe saber complementar la persecución de sus intereses personales con el bienestar de su equipo de trabajo.

Esta idea hace que el liderazgo consciente esté fuertemente relacionado con el concepto de mindfulness, que se define como la capacidad de una persona de prestar plena atención a todos y cada uno de los elementos que conforman el momento presente. Esta habilidad se vuelve especialmente relevante en el actuar de la responsabilidad social, ya que permite a los líderes estar pendientes de las transformaciones de su entorno para encontrar la mejor forma de interactuar con él.

Sin embargo, el liderazgo consciente va mucho más allá de conocer el entorno y ser reconocido por todos. Se trata de un método para verse a uno mismo. Según esta filosofía, ningún líder puede estar legítimamente preocupado por el bienestar de su equipo sin ser plenamente consciente de sus propias necesidades y buscar su propia sensación de bienestar. Por supuesto, esto no quiere decir que un líder consciente luche por sus intereses por encima de cualquier cosa. Simplemente significa que, para ser realmente sensible a las necesidades humanas, debe poder identificarse con ellas.

  1. Características del liderazgo consciente

Para poder mostrar una idea más clara de qué es el liderazgo consciente y cómo aplicarlo al día a día en el entorno de trabajo, estas son algunas de las principales características que un líder consciente debería mostrar:

  1. Trabajar y escuchar

Los líderes conscientes hablan con su equipo, pero también lo escuchan, tanto de manera grupal, como en reuniones de equipo, como de forma individual para poder conocer de manera más profunda lo que cada individuo quiere decir y mostrar, y lo que cada persona puede aportar.

  1. Predicar con el ejemplo

Mandar es una tarea muy fácil, pero si de verdad quieres que tu equipo te siga, tienes que ser consciente de que debes ser el primero en ponerte en marcha.

  1. Promover la colaboración entre compañeros

La competitividad no es una variable negativa cuando esta suma al rendimiento grupal, no crea conflictos ni deteriora la comunicación, para lograr tanto los objetivos individuales como los comunes. Es importante saber gestionar los conflictos que surjan entre los miembros del grupo, ya que la mayoría de ellos van sujetos a las aspiraciones de cada miembro.

  1. Observar detenidamente el entorno

Para un líder es importante estar en la acción, pero además un líder consciente tiene la capacidad de tomar perspectiva y observar lo que pasa a su alrededor desde diferentes ángulos. Muchas veces, esto dará la oportunidad de ver otras opciones, reconciliar posiciones y aportar ideas nuevas.

  1. Ser claro en la toma de decisiones

Es fundamental que el equipo vea seguridad en las resoluciones tomadas, esta es una de las grandes características de los líderes conscientes, ya que así se logrará que no haya dudas en los objetivos que el equipo de trabajo debe perseguir

  1. Ser asertivo

Un líder consciente debe ser asertivo, es decir, debe expresar sus pensamientos y deseos de forma honesta y sencilla, para que cada miembro de tu equipo sepa qué se espera de ellos. Esto les ayudará a tener confianza y claridad en su vida laboral.

  1. Ser consciente de los propios errores

Este es quizá uno de los puntos más difíciles, pero imprescindibles para que podamos hablar de un liderazgo consciente. Es importante que el líder sea un guía, un referente, pero que también sea humano y los demás puedan ser conscientes de esta faceta.

Como hemos visto, un liderazgo consciente reúne muchas de las características que demandan las empresas. Son tan valiosos porque son capaces de cumplir con los objetivos marcados cuidando la salud relacional del grupo y utilizando a los obstáculos presentes y superados como una oportunidad para que el conjunto no olvide el objetivo compartido.

Habiendo explicado las características de un liderazgo consciente, es muy importante hablar de la inteligencia emocional ya que ésta es un requisito indispensable para poder ser un buen líder.

  1. El secreto de un buen liderazgo radica en la inteligencia emocional

El liderazgo y la inteligencia emocional están estrechamente relacionados con lo que se requiere para poder llegar a ser un buen líder.  Es un aspecto fundamental de cualquier jefe de equipo o persona que lidera en una empresa, logre aprender a manejarse primero a sí mismo para poder llegar a ser un buen líder. Se trata de la capacidad que tiene una persona para comprender y manejar sus emociones para que estas no perjudiquen sus objetivos profesionales, sino todo lo contrario.

Es decir, el liderazgo implica conocer las propias emociones y saber qué significan cada una de ellas para entender cómo pueden impactar en la jornada diaria y poder así controlarlas. Asimismo, un líder debe presentar determinadas cualidades que serán la clave para distinguir uno bueno de uno malo.

Así, además de tener formación, es necesario que tengas las características emocionales que se mencionarán a continuación. Si no se es inteligente emocionalmente, no se puede lograr motivar a tu equipo ni mantenerlos contentos en su puesto de trabajo. Por lo tanto, podemos afirmar que hay una estrecha relación entre inteligencia emocional, formación y liderazgo.

Para llegar a ser un buen líder hay que dominar diversos aspectos relacionados con la inteligencia emocional como:

  1. Autoconocimiento

Es muy importante y necesario conocerse primero a uno mismo. Cuanto mejor se conozca una persona a sí misma, mejor sabrá cómo actuar en los momentos críticos o de estrés, y reaccionará de manera más efectiva.

Además, el autoconocimiento ayuda a explotar al máximo las demás cualidades en cualquier situación que se presente y estar motivado para poder animar al resto de trabajadores. Conocerse a uno mismo incluso ayuda a analizar y entender más profundamente los sentimientos de los demás, por lo que se trabaja también la empatía.

El psicólogo David McClelland analizó en 1998 a más de 30 organizaciones, llegando a la conclusión de que aquellas que poseían competencias en inteligencia emocional habían superado entre un 15% y un 20% sus objetivos anuales de ingresos.

  1. Autocontrol de las emociones

Las emociones se rigen por impulsos biológicos, por lo que se debe aprender a manejarlas y gestionarlas. Este autocontrol ayuda a las personas a no ser prisioneras de sus sentimientos. Por ejemplo, si un ejecutivo se enfrenta al fracaso de su equipo, no reacciona con frustración e ira, sino que debe saber enfrentar la situación con calma para poder gestionarla correctamente.

Por lo tanto, un líder no se deja guiar por sus emociones, sino que reflexiona sobre las razones, expone las consecuencias y presenta un análisis del problema y una solución conveniente.

  1. Motivación

Quienes poseen potencial para ser líderes tienen la capacidad de motivarse por un objetivo: tener logros. El hecho de alcanzar logros les motiva y los impulsa por una razón, la pasión por su trabajo. Normalmente estas personas buscan los desafíos creativos, la constante formación y el orgullo de un trabajo bien realizado. Por lo tanto, emplean su energía en hacer mejor las cosas y crecer profesionalmente.

El estar motivado es la clave para poder animar a los demás trabajadores. Si los empleados están felices y motivados con su puesto de trabajo, los resultados serán mucho mejores. Por lo tanto, es el líder quien tiene la llave para animar a los demás integrantes de la empresa, gracias a su capacidad motivadora.

  1. Empatía

De todas las cualidades que se integran en la inteligencia emocional es la más reconocible. La empatía es la capacidad que tiene alguien de ponerse en el lugar o situación de otra persona. Para el liderazgo, esta cualidad no significa adueñarse de las emociones ajenas y complacer a los demás.

Significa considerar las emociones y sentimientos de sus empleados para tomar decisiones correctas. Por lo tanto, la personalidad debe ser agradable y la persona debe realizar una escucha activa para así ponerse en el lugar del otro. Esto ayudará a que sus empleados trabajen mejor.

  1. Habilidades sociales

Cuando se habla de habilidades sociales, no solo hay que referirse a ser amistoso. Se trata de conducir a las personas hacia un objetivo común y hacia la dirección que se desee. Normalmente, quienes poseen esta característica, suelen despertar simpatía en los demás y tienen un amplio círculo de conocidos. Esta red de conocidos es muy beneficiosa, y puede ser de gran ayuda en multitud de situaciones.

Por lo tanto, podemos afirmar que uno de los factores clave en el resultado de los objetivos del líder es su estado de ánimo, y el conocimiento y control de sus emociones, así como la capacidad de influencia en la toma de decisiones de sus trabajadores.

No solo hay ser amistoso. Se trata de conducir a las personas hacia un objetivo común y hacia la dirección que se desee

Que un líder sea emocionalmente inteligente implica un mayor control de las situaciones de estrés, por lo que no se deja llevar por él, sino que puede analizar esas situaciones estresantes con calma para resolverlas de una manera más eficiente y rápida.

Además, debe estar motivado para motivar a sus trabajadores y debe tener habilidades sociales. Es por este motivo por lo que se considera a este tipo de líderes especialmente positivos para las empresas, los entornos de trabajo y sus empleados.

¡Será un placer acompañarte para que seas el líder que

hoy, tu negocio requiere!

 

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Adaptado de:

hbr.org I Amy C. Edmondson y Tomas Chamorro-Premuzic I 19 octubre, 2020

lamenteesmaravillosa.com I David Sánchez I 16 junio, 2018

apd.es I Redacción APD I 26 de noviembre, 2019